domingo, 31 de marzo de 2024

Tema 7º: Música instrumental en el Romanticismo

El Romanticismo es un periodo de la Historia de la Música y del Arte en general que comprende más o menos el siglo XIX, si bien los límites de su duración no siempre están claros. Se suele decir que el Romanticismo comprende aproximadamente desde principios del siglo XIX hasta principios del siglo XX (1914).

Esta es una época que se caracteriza por los sentimientos y la sensibilidad desbordados. Es decir, que el sentimiento, la fantasía y las emociones son más importantes que la razón. Hay a menudo un gran interés por la imaginación y por los ambientes misteriosos y lúgubres. Así lo reflejan la obra de grandes escritores y pintores de la época.

Desde el punto de vista político, el Romanticismo es un periodo clave en la historia. Muchos de los países modernos se formaron en esta época, como es el caso de Italia y de Alemania (que hasta el siglo XVIII no existían como países, sino que eran multitud de pequeños estados), y de la mayoría de los países Sudamericanos, que se independizaron del Imperio Español.

Respecto a la música, cada periodo de la historia ha tenido su importancia desde el punto de vista musical, pero sin duda el siglo XIX es el más importante de todos los periodos, pues la gente en esa época pensaba que la música era la más importante de las artes. Casi todo el mundo hablaba de música, acudía a los teatros si se lo podía permitir, los periódicos escribían de música cada día, e incluso se hacía música en muchas casas. La música era, en definitiva, la más romántica de las artes.

Como prueba de su importancia está el hecho de que en las principales ciudades europeas y americanas se construyeron teatros para la ópera, y se fundaron algunas de las orquestas más antiguas que existen hoy en día: en Viena, en París, en Madrid, en Barcelona,…

La música romántica tiene unas características propias que la distinguen de la música de otros periodos de la historia. Podemos resumirlas en los tres siguientes puntos:

- Esta música considera más importante la expresión de las emociones que la forma de la música misma.
- Las melodías románticas son apasionadas, y las armonías son ricas y variadas.
- A lo largo del siglo XIX la orquesta crece mucho, hasta llegar a la gran orquesta posromántica.

Vemos así que las emociones son muy importantes en la música; lo que persigue un compositor con su música es que el espectador se emocione con ella. Esto es lo principal en una obra musical, más que la forma que pueda tener la música, su equilibrio, o cualquier otra cualidad. Y esa expresión lo consigue mediante melodías muy apasionadas, que llegan directamente al corazón, y unas armonías y una orquestación muy variada y colorista, llena de contrastes.

Como sucede con todo periodo de la historia extenso, éste se suele dividir a su vez en varios subperiodos, habitualmente en tres. Así, el Romanticismo se puede dividir en las siguientes etapas:

- Primer romanticismo: desde comienzos del siglo XIX hasta mediados del siglo.
- Segundo romanticismo: desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1880.
- Posromanticismo: desde la década de 1880 hasta principios del siglo XX.

Son muchos los compositores importantes del Romanticismo, cuya música forma parte hoy día de los programas de concierto de cualquier orquesta del mundo. Algunos de los más importantes (aunque no todos) serían los siguientes:

- Primer romanticismo: las últimas obras de Beethoven, Schubert, Mendelssohn, Schumann, Chopin.
- Segundo romanticismo: Liszt, Wagner, Brahms, Verdi.
- Posromanticismo: Mahler, Richard Strauss, Bruckner.

El piano es el gran instrumento inventado en el Romanticismo, instrumento potente y de gran expresividad, idóneo por tanto para la expresión de los sentimientos románticos. En el siglo XVIII (en la época de Mozart) lo que existía era el forte-piano, un instrumento parecido, pero no es el piano romántico, que es el piano moderno que hoy día conocemos. Se inventaron dos tipos de piano: uno grande (de cola) para las salas de concierto, y otro de pared (o vertical) para las casas. Éste último ocupaba poco espacio, era como un mueble más en las casas burguesas.

La importancia del piano durante el siglo XIX fue impresionante. Prácticamente no había hogar de nivel social medio-alto donde no hubiera un piano, el cual tocaba algún miembro de la familia, y servía para amenizar las fiestas cantando canciones en familia o entre amigos. Cualquier muchacha de clase media y buena educación debía saber tocar el piano, por lo que muchos músicos se dedicaron a dar clases particulares a señoritas de la burguesía.

Como consecuencia del gran apogeo del piano, creció toda una industria alrededor de este instrumento. Se fabricaron pianos a millares, y se compusieron miles y miles de obras. Además de las obras extensas para concierto (como sonatas, conciertos para piano y orquesta, etc.), se compusieron multitud de pequeñas piezas para piano, que recibieron distintos nombres según su carácter o su funcionalidad: nocturno, estudio, balada, polonesa, mazurca, etc. Algunas de estas piezas servían para el estudio del instrumento, otras estaban basadas en alguna danza (mazurca, polonesa, polca), otras son más bien poéticas (nocturno, balada), etc.

Se puede decir que la práctica totalidad de los compositores del Romanticismo eran buenos pianistas, pero algunos de ellos fueron excepcionalmente buenos. Entre los mejores podemos citar al menos a tres: Frédéric Chopin, Robert Schumann y Franz Liszt. Chopin dedicó toda su vida exclusivamente al piano. Por su parte, Franz Liszt era el pianista más famoso y cotizado de su época. Era aclamado en todas las ciudades como un ídolo, y sus conciertos provocaban la admiración de todo aquel que lo escuchaba. Ganó muchísimo dinero y admiración como intérprete de piano, más que como compositor.

Pero aparte del piano, lo más atractivo de la música del Romanticismo es la música sinfónica. Y es que el siglo XIX es el gran siglo de la orquesta. Desde principios de siglo hasta finales la orquesta crece muchísimo, llegando a haber grandes orquestas de más de cien músicos, con todo tipo de instrumentos de cuerda, viento y percusión. Los instrumentos de viento mejoran muchísimo su técnica y su calidad de sonido.

De esta manera, casi todos los grandes compositores de esta época compusieron música para orquesta, especialmente conciertos para un instrumento solista y orquesta, y sinfonías.

Se puede decir que la sinfonía se convirtió en la gran forma musical para orquesta, por lo que hubo grandes sinfonistas en este periodo. Algunos de los más importantes sinfonistas del Romanticismo fueron:

- Franz Schubert: 9 sinfonías.
- Félix Mendelssohn: 5 sinfonías.
- Robert Schumann: 4 sinfonías.
- Anton Bruckner: 9 sinfonías.
- Johannes Brahms: 4 sinfonías.
- Anton Dvorak: 9 sinfonías.
- Tchaikovsky: 6 sinfonías.
- Gustav Mahler: 9 sinfonías.

Durante el Romanticismo los compositores cultivaron prácticamente los mismos géneros musicales que habían compuesto los compositores clásicos, tanto en música de cámara, como en música sinfónica, y también en música vocal.

Sin embargo, uno de los principales inventos de este periodo sería la música programática. Ésta se puede definir como un tipo de música sinfónica que sigue un tema o programa literario, el cual inspira la obra. Las dos formas de música programática son: la sinfonía programática, y el poema sinfónico. Los primeros compositores en componer este tipo de música fueron Héctor Berlioz y Franz Liszt.

La sinfonía programática consistía en una sinfonía (con sus tres, cuatro o más movimientos), pero con ella se pretendía contar alguna historia o relato, sólo con los sonidos de la orquesta. Un ejemplo podría ser la sinfonía “Harold en Italia”, de Héctor Berlioz, donde la orquesta trata de describir todos los acontecimientos que el personaje, Harold, vive en su viaje por Italia, tal y como se relatan en el libro.

Por su parte el poema sinfónico es una pieza en un solo movimiento, que suele durar entre 5 y 15 minutos, e igualmente trata de describir con los sonidos de la orquesta una historia o relato literario.

El Romanticismo también supuso el apogeo del nacionalismo musical. Éste se puede definir como aquella música que busca la esencia nacional haciendo uso de la danza y la canción folclórica de un país o región.

Los países donde el nacionalismo se desarrolló con mayor fuerza fueron aquellos en los que hasta el siglo XIX no habían tenido una gran tradición musical internacional, como era el caso de Italia, Francia, o incluso Alemania desde el siglo XVIII. Por tanto, sería en Rusia, en Centroeuropa, en los países escandinavos, y también en España, donde surgirían los más importantes compositores nacionalistas del siglo XIX, los cuales utilizaron en sus obras elementos musicales propios de su folclore nacional.

Algunos de los más importantes compositores nacionalistas fueron:

- En Rusia: Glinka, Rimski-Korsakov y Mussorgsky.
- En Centroeuropa: Smetana y Anton Dvorak.
- En España: Enrique Granados e Isaac Albéniz.



DESCARGAR TEXTO EN PDF